Solemne Triduo Cuaresmal

Desde el año 2021, esta Hermandad instauró la celebración de un Solemne Triduo Cuaresmal en honor al Santísimo Cristo de la Piedad “Vulgo de la Oliva”.

En 2021 debido a las restricciones por la pandemia de la Covid-19 fue realizado en la Parroquia del Divino Salvador, pero desde 2022 se viene llevando a cabo en la Iglesia de San Miguel, lugar desde donde Nuestra Imagen Cristífera realiza su Estación de Penitencia cada Miércoles Santo.

Cada tercer y último día de Triduo, tiene lugar el ejercicio del Solemne Vía Matris o Viacrucis de María.

Las oraciones empleadas para estos Solemnes Cultos son las siguientes:

Oración inicial para todos los días

Acude, Madre nuestra, en ayuda de tus hijos que te suplican en sus necesidades. Alcánzanos de tu Bendito Hijo la salvación que Él nos ofrece como aceite que sana todas nuestras dolencias y enfermedades. Alegra nuestra pena, endereza nuestro camino y aliéntanos en nuestro anhelo por amar como Jesucristo. "Virgen Hermosa, Madre del Salvador, Oliva Fecunda" te puso por nombre el Señor. Amén.

Oración primer día de Triduo

En esta tarde, Santísimo Cristo de la Piedad, vine a rogarte por mi carne enferma; pero al verte, mis ojos van y vienen de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza. ¿Cómo quejarme de mis pies cansados cuando veo los tuyos destrozados? ¿Cómo mostrarte mis manos vacías cuando las tuyas están llenas de heridas? ¿Cómo explicarte a ti mi soledad cuando en la cruz alzado y solo estás? ¿Cómo explicarte que no tengo amor cuando tienes rasgado el corazón? Ahora ya no me acuerdo de nada, huyeron de mí todas mis dolencias y solo pido no pedirte nada, estar aquí junto a tu imagen muerta e ir aprendiendo que el dolor es solo la llave santa de tu santa puerta. Amén.

Oración de San Agustín por la Pasión de Cristo

Oh Dios, que por la redención del mundo quisísteis nacer y ser circuncidado, ser reprobado y entregado con el beso del traidor Judas; ser atado con sogas y llevado como inocente cordero; ser ignominiosamente presentado delante de Anás, Caifás, Pilato y Herodes; ser acusado por testigos falsos; ser maltratado con oprobios y azotes, y escupido, y herido con una caña; ser vendado y despojado de las vestiduras; ser levantado en la cruz entre ladrones; ser herido con una lanza, Señor, por tu santísima muerte libradme de las penas del infierno y llevadme donde llevasteis al buen ladrón, crucificado con Vos, pues vivís y reináis con el mismo Dios Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración segundo día de Triduo

Heme aquí, ¡oh buen y dulce Jesús! De rodillas ante tu divina presencia te pido y suplico, con todo el fervor de mi alma, que te dignes grabar en mi corazón los más vivos sentimientos de fe, de esperanza y de caridad, de verdadero arrepentimiento de mis pecados y la voluntad firmísima de enmendarme, mientras que con sincero afecto e íntimo dolor de corazón, considero y medito en tus cinco llagas, teniendo muy presentes esas palabras que el profeta David ya decía de ti, ¡oh buen Jesús!: “Traspasaron mis manos y mis pies, y contaron todos mis huesos”. Amén.

Oración de San Francisco de Asís ante el crucifijo de San Damián

¡Oh alto y glorioso Dios! Ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento. Amén.

Oración del tercer día de Triduo

Dios todopoderoso, que habéis padecido en el árbol de la cruz, y particularmente por mis pecados. Estad conmigo, Santa Cruz de Jesús. Sed mi amparo, Santa Cruz de Jesús. Tened piedad de mí, Santa Cruz de Jesús. Apartad toda pena amarga, Santa Cruz de Jesús. Poned en mí toda clase de bienes, Santa Cruz de Jesús. Apartad de mí todo mal, Santa Cruz de Jesús. Haced que yo prevenga el camino de la salvación, Santa Cruz de Jesús. Apartad de mí todo el peligro de la muerte, Santa Cruz de Jesús. Preservadme de todo peligro corporal y accidente temporal, Santa Cruz de Jesús. Adoro para siempre la Santa Cruz de Jesús, Santísimo Cristo de la Piedad, tened piedad de mí y haced que el mal espíritu se vaya de mí para siempre, por todos los siglos. Amén.

Oración de San Carlos Borromeo al crucifijo

Lo que me lleva hacia ti Señor, eres Tú. Tú solitario, clavado en la cruz, con tu cuerpo traspasado y agonizante. Es tu amor que se ha hecho de tal manera dueño de mi corazón, que aunque no fuera al paraíso, yo te amaría lo mismo. Nada tienes que darme, para que yo te ame, porque aunque no esperase aquello que espero, igual yo te amaría como te amo. Amén.

Oración final para todos los días

No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. ¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muéveme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. Amén.