Ejercicio de la Novena

A continuación, se muestran las oraciones que componen el ejercicio de la novena en honor a Nuestra Señora de la Oliva Coronada, el cual tiene lugar entre los días 14 y 22 de agosto en la Parroquia del Divino Salvador, cuyas oraciones se remontan a finales del siglo XIX al igual que el himno que le dedican todos sus hijos.

Oración a la Santísima Virgen para todos los días

Dulcísima María de la Oliva, Princesa Excelentísima, que en pureza sois sin semejante, en majestad inefable, en gracia prodigiosa, en hermosura y santidad asombro, pasmo y deliciosa admiración de los supremos Serafines; porque el Altísimo te hizo grande sobre todo lo creado, elevándote como los empinados cedros del Líbano, como la rosa en Jericó, como la Oliva frondosa en los campos, como la Palma en Gades, como el plátano exaltado junto a las cristalinas aguas. 

¡Oh Reina, más suave que el néctar, más dulce que la miel, más pura que los cielos, más luciente que el astro hermoso de la mañana, más honrada que los santos, más sublime que los Querubines, más cercana a Dios que los Serafines, más bella, más feliz, más rica, más poderosa, más santa y agradable a Dios que el resto de todos los Ángeles y bienaventurados!

Vuelve ya Virgen de la Oliva, esos tus dulces ojos, vuélvelos hacia nosotros que gemimos en este amargo valle de miserias; dadnos a conocer a tu Jesús amado; oblígate del devoto obsequio de esta novena, que a honor tuyo ofrecemos en aras de nuestros corazones; envía sobre ellos, ¡oh Virgen y Madre nuestra! un torrente de suavidad que los encienda y los derrita en tu santo amor, y que esta novena sea el medio con que consigamos el perdón de nuestros pecados, la práctica de las virtudes y la posesión de la gracia. Amén.

Alabemos a la Santísima Trinidad

Bendito, alabado y glorificado sea el Eterno Padre, porque con su omnipotencia, enriqueció a María Santísima en cuantos dones, gracias y privilegios pudo. Amén.

Bendito, alabado y glorificado sea el Eterno Hijo, porque con su infinita sabiduría, enriqueció a María Santísima con cuantos dones, gracias y privilegios supo. Amén.

Bendito, alabado y glorificado sea el Eterno Espíritu Santo, porque con su inmenso amor, enriqueció a María Santísima con cuantos dones, gracias y privilegios quiso. Amén.

Bendígante Señor, Uno y Trino, y te den culto, alabanza y gloria todas las naciones, porque con tu omnipotencia, tu sabiduría y tu amor, enriqueciste a María Santísima, cuanto pudiste, supiste y quisiste. Amén

Oración

¡Oh, serenísima Virgen de la Oliva, ejemplar de los humildes, a quién todas la generaciones llaman Bienaventurada, porque el Altísimo puso los ojos de su agrado en tu excelentísima humildad! Tú, Señora del mundo; Tú, Reina del cielo; Tú, Madre verdadera del verdadero Dios; en ti hallan alegría los ángeles, santidad los justos, remedio los necesitados, riqueza los pobres, salud los enfermos, honra los abatidos, vida los muertos, Madre los huérfanos, Patrona los desvalidos, perdón y gracia los reos; Tú mejor que Esther a Asuero, aplacaste y hallaste gracia en los ojos de Dios; Tú, mejor que Judit a Holofernes, venciste al demonio, y cortando la cabeza a su tiránica soberbia, causaste a todo tu pueblo la alegría, la libertad y la vida. ¡Oh, Madre gloriosísima! Me faltan voces para alabarte dignamente, tributad vosotros justos y ángeles de Dios a vuestra Reina debidas alabanzas por mí.

¡Oh cuándo vendrá aquel dichoso día, en el que, a nosotros, los miserables desterrados, nos será concedido mezclar nuestras alabanzas con las vuestras, para celebrar sin fin a esta purísima Virgen!
Alcánzanos, ¡oh, Madre piadosísima! Infúndenos una humildad grande de corazón para que ésta nos abra el paso al logro de aquella felicidad eterna que te pedimos. Amén

Cántico a Ntra. Sra. de la Oliva Coronada

Atiende a tus hijos ¡Oh Reina inmortal! Acoge sus ruegos, Oliva de Paz.
Oliva frondosa que brota en el valle, ¿qué lengua hay que calle, tu gloria al cantar? ¿Qué lengua pudiera negarte su canto si muestra tu encanto tu gracia, sin par?

Atiende a tus hijos…

Tu nombre, Señora, es fuente de vida, es prenda querida de paz y de amor. Tu rostro benigno del cielo es destello, más puro y más bello que el rayo del sol.

Atiende a tus hijos…

Bendice ¡oh María! tu pueblo amoroso, que culto glorioso te viene a rendir. Bendice los campos que pisas, Señora, que fiel protectora miremos en Ti

Atiende a tus hijos…

Magnificat

El Señor hizo en mí, maravillas,
¡gloria al Señor!

¡Engrandece mi alma al Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador!

El Señor hizo en mí…

Maravillas hizo en mí el Poderoso
y Santo es su nombre.

El Señor hizo en mí…

Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu,
por los siglos de los siglos.

El Señor hizo en mí…